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Diario YA


 

Me dicen esos medios que Sor Lucía ya ha sido llamada al orden

Torneras y troneras: Sor Teresa Forcades y Ada Colau

Manuel Parra Celaya. Me ha venido a la memoria a causa del profundo aburrimiento –tras la estupefacción inicial ya hace tiempo- que me produce la proliferación mediática de Lucía Caram y de Teresa Forcades, ambas hermanas “trabucaires” del separatismo catalán; al parecer, la primera afirma “estar enamorada de Artur Mas” (sic) y la segunda va de señora de compañía (en El Quijote las llamaban dueñas) de Ada Colau, candidata a la alcaldía de Barcelona y marca blanca de Podemos en mi ciudad. Según las últimas noticias, sus respectivos posicionamientos a diestra y a siniestra han originado algunos roces entre ellas, en el bien entendido de que coinciden en cobijarse ambas, no en su celda de meditación o en medio de su comunidad orante, sino bajo la “estelada”, popularmente llamada “cubana” por miles de catalanes.

vivimos bajo la tiranía del relativismo

Un procedimiento detestable

Manuel Parra Celaya. Hoy no voy a referirme a los políticos corruptos, pues ya anda la prens a habitual sobrada de ellos; quiero tratar de los honrados, pues supongo que también los hay, aunque el concepto de honradez –no en balde vivimos bajo la tiranía del relativismo- depende en mucho de la capacidad pseudopolicial e inquisitoria de sus rivales (de otros partidos y, a veces, del propio) y de los momentos, con especial énfasis en los períodos electores.

Albert Rivera

Hipocresía

Manuel Parra Celaya.  Ha bastado que Albert Rivera opinara en voz alta que legalizar la prostitución evitaría la proliferación de mafias dedicadas al tráfico y a la explotación de mujeres abocadas a ello para que le llovieran los aspavientos y críticas de quienes le tienen ganas, a diestra y siniestra (aunque algunos le tienen más ganas que otros); parece como si el líder de Ciudadanos fuera la encarnación de la rijosidad y la lujuria o si hubiera ofrecido un panegírico del llamado oficio más viejo del mundo.

Rearfimación de una acrtualidad

Manuel Parra Celaya. Mis erráticas preferencias como lector de prensa me llevan bastantes domingos a las páginas de ABC; la causa no hay que buscarla ciertamente en mis tendencias dinásticas ni en propensión alguna a lo conservador por sistema, sino en la búsqueda de plumas de rigor intelectual, sean coincidentes o no con mis opiniones.

antaño, se filmaban los bancos de autoridades durante un Te Deum de acción de gracias o una Misa de responso

Los angustiosos minutos de silencio

Manuel Parra Celaya. El laicismo, como religión natural que pretende ser, tiene sus oficiantes, sus palabras litúrgicas, su lenguaje de homilía y sus ritos. Entre estos últimos destaquemos hoy los minutos de silencio, esos que parecen inventados  para no ofender a nadie, institucionalizados urbi et orbi tras el fallecimiento de un personaje público, ante un atentado terrorista, con ocasión de algún crimen de trascendencia televisiva o de un trágico accidente –sea por fallo técnico o, tal como el del avión de Germanwings en suelo francés.

AGRAVIO COMPARATIVO en los estadios

Alarma social por un cántico machista ¿Qué alarma crean cánticos antiespañoles?

Manuel Parra Celaya. La noticia la saben todos ustedes, aunque un servidor se enteró de refilón: el Comité Antiviolencia, a propuesta de la Liga de Fútbol Profesional, estudia el cierre parcial y temporal del estadio Benito Villamarín, por un cántico, tildado de machista, que entonaron algunos seguidores del equipo bético en apoyo de un jugador acusado de malos tratos y amenazas a su novia.

imposibilidad de conciliar lo tradicional y lo nuevo

Superación de los males de España

Manuel Parra Celaya. La mayoría  de quienes han reunido la doble y exigente condición de pensadores y patriotas han opinado que una de las causas del llamado problema de España ha sido, a lo largo de la historia, la imposibilidad de conciliar lo tradicional y lo nuevo.

Resultan patéticos los esfuerzos que los partidos al uso (y abuso) –PP, PSOE, IU

Mala estrategia ante Podemos

Manuel Parra Celaya. Resultan patéticos los esfuerzos que los partidos al uso (y abuso) –PP, PSOE, IU, etc.- llevan a cabo para demostrar que los portaestandartes de Podemos defraudan a Hacienda, han recibido dineros de manos ultramarinas, son corruptos y, en general, tienen las cuentas poco claras: es decir, que son, más o menos, como ellos. Con esta estrategia creen que van a arrebatarles intenciones de voto, pues sienten el aliento de Pablo Iglesias y los suyos en el cogote.

reconozco mi debilidad por aquellos trabajos que se atreven a desafiar la censura de lo políticamente correcto

Que trata de libros

Manuel Parra Celaya. Empiezo por reconocer que no tengo ni idea de cómo funciona el marcado editorial, porque nunca me ha definido como escritor profesional y mis tres libros publicados hasta la fecha lo han sido por la benevolencia de círculos cercanos a mis planteamientos ideológicos y vitales, por lo que es fácil deducir que no se encuentran entre los best seller del gran público.

“¡Todos hablan de ladrones!”

MILICIA

Manuel Parra Celaya. No teman los lectores que esta semana abunde en ese ventilador de porquería en que se ha convertido la crónica política; me ha convencido de no caer en esa tentación un ciudadano anónimo, que se detuvo a mi lado en un kiosco cuando ambos leíamos los titulares: “¡Todos hablan de ladrones!”, exclamó (en catalán), y nos convertimos por unos fugaces instantes en contertulios y, casi, almas gemelas. En efecto, toda la prensa del día destacaba en sus portadas algún lío judicial de políticos (Bárcenas, Pujol, Monedero…, ya saben), cada periódico según sus preferencias ideológicas.