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Diario YA


 

¿Dónde están las llaves? matarile, rile, rile...


Beatriz Bullón. 6 de octubre. Quien haya vivido en Bruselas sabe, que los jueves, día de las votaciones en el Parlamento Europeo, la capital se llena de eurodiputados ávidos de concurrir a las sesiones, hay que aclarar que los señores parlamentarios si no votan no cobran, por lo que ese día, se apresuran a participar. Los ciudadanos belgas se han convertido en los más exigentes seguidores del trabajo de nuestros políticos y el clamor en contra de sus sueldos y prebendas se hace general. No les gusta un trabajo que sólo es evidente el día de recogida del jornal. Esta actuación, provoca una pérdida de confianza y de participación por parte de los ciudadanos, pues se tiene la percepción de que los miembros del Parlamento sólo atienden a su propio interés y no a las materias que afectan al bien de todos. Es posible que teniendo gobernantes dignos, los europeos se dignaran a participar, convencidos de que la libre iniciativa de los particulares en todos los campos es tarea imprescindible en la consecución del bien común.

Por eso, cuando vemos iniciativas que fomentan la participación, podemos caer en lo necesaria que es ésta para que esos diputados cobren sus sueldos.

Aplicando lo dicho a la asignatura de educación para la ciudadanía, recordando que se debe a una serie de recomendaciones del Consejo de Europa preocupado por la apatía política y cívica de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes, nos invade un cierto malestar. Este malestar se convierte en enfermedad, cuando, como hemos venido constatando en la legislación española, la materia es adoctrinamiento político, que si es bien dado y recibido, llevará a nuestras conciencias los mandamientos del órgano rector de la comunidad.

Que la materia sólo se dé de esta manera en España nos hace pensar que nuestros avispados gobernantes, son los primeros que se han dado cuenta de que es muy útil para el sostenimiento de su escaño, y que la mejor participación es la que les hace participar a ellos como mandamases. ¿Será posible que esta sea la razón profunda de sus afanes? ¿Serán estas las llaves de la asignatura? Si es así, pertenecen al llavero que da entrada al poder. Como se enteren los demás europeos de que las llaves no están en el fondo del mar, sino que las tienen nuestros padres de la patria en los bolsillos, va a aumentar el turismo cien por cien. Se acabó la crisis.

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