Principal

Diario YA


 

Azerbaiyán, el lejano deseo de Europa

José Luis Orella. 9 de Septiembre.

Azerbaiyán es una de las repúblicas recientemente independizadas de la URSS en 1991. Poblada por azeríes en más de un 80 %, y que presenta características propias, como ser un pueblo turcómano y musulmán (en un 70 % de línea chiíta, el resto sunita), lo que ayuda a potenciar las diferencias con respecto a Rusia. En el vecino Irán, las provincias del noroeste están pobladas mayoritariamente por azeríes, fuertemente controladas por los iraníes (indoeuropeos) para prevenir posibles casos de secesión. Sin embargo, a lo largo de la historia, desde el siglo IX hasta mediados del XVI, estuvo bajo la influencia persa, lo que provocó el pase a la obediencia chiíta de la población islámica. No obstante, en el XIX, el expansionismo ruso se adueñó de la zona y puso sus límites con la lejana Persia, actual Irán.

Durante el dominio ruso, fueron llegando también otros pobladores de regiones vecinas, para trabajar en la extracción de petróleo. La industria petrolífera se encontraba en manos de capitales extranjeros que como los Nobel, desarrollaron su fortuna en aquel lejano rincón, y convirtieron Bakú en el Dallas de Rusia. Tras la caída del Imperio por la revolución rusa, pasó a conformar con el resto del Cáucaso sur la república de Transcaucasia, que pasó a disolverse y conformar el primer Azerbaiyán independiente. Pero en 1920, los bolcheviques victoriosos sobre los rusos blancos se anexionaron el país, redenominándolo como república soviética. La importancia del país estaba clara por su producción de petróleo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ofensiva alemana de 1943, que puso la mitad del Cáucaso en manos de von Manstein, tenía como objetivo adueñarse de los pozos petrolíferos de Bakú.

Con la caída del comunismo, Azerbaiyán se proclamó independiente por segunda vez en 1991. La importancia de su petróleo le ha producido ser un país querido por su vecino turco, al que le une los estrechos lazos culturales y religiosos, y a través de él, con Estados Unidos. No obstante, la inestabilidad política ha sido muy fuerte, contando con un de golpe de estado en 1993, y un intento dos años más tarde. En la actualidad, el presidente Aliyev, es el hijo de su antecesor, antiguo secretario general del partido comunista en la época soviética. Uniéndose Azerbaiyán a los países de dinásticos como Corea del Norte y Siria. Pero el gran hecho desestabilizador que ha impedido el reforzamiento de las frágiles instituciones azeríes ha sido la guerra del Nagorno Karabaj, iniciada en 1991, y finalizada en 1994. Esta región de montaña, situada en la parte central del país, está poblada en un 85 % por armenios, que pronto crearon una milicia territorial para proclamar su autonomía de Azerbaiyán y pedir su integración en la recién nacida república de Armenia. La guerra posterior contrajo la pérdida para los azeríes del 17 % del territorio nacional, al anexionarse los armenios los territorios contiguos para unir a la región secesionista. El conflicto causó 25.000 muertos. Azerbaiyán pudo contar gracias a los ingresos del petróleo con armamento turco e israelí, y voluntarios chechenos y turcos. Por su parte, los armenios tuvieron el apoyo de Rusia.

Desde el 2000, Armenia y Azerbaiyán se encuentran en negociaciones para poder solucionar sus disputas fronterizas. Entretanto, Nagorno Karabaj es un enclave no reconocido por Azerbaiján, que mantiene su unión en la práctica con Armenia. Por el lado azerí, su riqueza petrolífera y acercamiento a Occidente, a través de los cantos de sirena turcos, produjo como resultado la construcción del oleoducto que pasando por Georgia, también rebelde a Rusia, llegaba por mar a Turquía, obviando el control ruso del suministro energético a Europa. Por estas circunstancias, azeríes y georgianos, se encuentran unidos en su política internacional a Turquía y Estados Unidos, mientras Armenia estrecha relaciones militares y económicas, con Rusia, su gran protectora desde el siglo XIX frente a los avances islámicos.

 

Etiquetas:josé luis orella