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Cómo sacar el máximo partido a las inversiones de una empresa

La viabilidad de una empresa depende de muchas cuestiones, pero hay algo sin duda que hará que esta obtenga el éxito que se espera: contar con el personal y la formación adecuadas para cada puesto. Una de las figuras clave para ello es el Interim Manager. Veamos de qué se trata.

Contar con el personal adecuado es fundamental para emprender con éxito
En primer lugar, vamos a ver qué es exactamente y qué papel juega este profesional en una empresa. El Iterim manager podría traducirse en español a director de transición. Esta figura es la que se encarga de la provisión temporal de recursos y capacidades de gestión.
Esto quiere decir que es un profesional encargado de gestionar un periodo de transición, crisis o cambio en una organización, lo cual es fundamental en cualquier compañía, ya que como bien se sabe, las crisis son momentos cruciales para una empresa.
En tiempos de crisis es posible salir reforzado. De esta premisa parte la formación de este profesional, que es clave en momentos de inflexión donde la empresa se juega ganar mucho, o también perderlo.
Por esta razón, contratar un Interim Manager y posicionarle dentro de la empresa como director financiero o como apoyo del director general para gestionar diferentes procesos clave de la empresa puede ser una buena decisión. Este puede asumir las funciones de un ceo.
Este profesional sabrá cómo debe actuar la empresa en momentos tales como un proceso de desinversión o a la hora de elaborar un plan de viabilidad. Esto hará que se minimicen los riesgos a la hora de aventurarnos a un proyecto nuevo.

Los procesos de desinversión, claves para el repunte de una compañía
Como decíamos, tan importante es tener en cuenta los procesos de inversión como los momentos en los que hay que seguir una estrategia de desinversion. Esto puede afectar positivamente a la empresa, al contrario de lo que se suele pensar.
De hecho, si esto se hace bajo una planificación y con unos objetivos marcados, puede ofrecer excelentes resultados. La desinversión es el proceso de reducción de algún activo, la venta de un negocio o, en general, una reestructuración.
Su objetivo es conseguir más recursos. Estos nuevos recursos irán dirigidos a actividades económicas con una mayor expectativa de negocio. Es decir, la empresa se reorienta hacia un sector o una actividad más rentable, por lo que se pasa de una crisis a una oportunidad.

Un plan de viabilidad es fundamental para emprender de forma segura
Pero más allá de aquellas empresas que ya cuentan con un bagaje, hay también nuevas empresas que se pueden beneficiar mucho contando con un perfil de este tipo, ya que les permitirá empezar y emprender de forma más segura.
Para ello es fundamental un plan de viabilidad. Pero, ¿cómo se hace un plan de viabilidad? Uno de los aspectos que debe tener en cuenta en este es el cash Flow, o lo que es lo mismo, el flujo de caja.
El plan de viabilidad es un documento clave para saber si un proyecto es o no viable. Es decir, gracias a este plan podremos saber si las ideas que tenemos y queremos poner en marcha serán rentables económicamente en un futuro.
Este estudio se enfoca sobre todo en la parte económica y financiera, pues se trata de hacer números para que la empresa pueda saber si puede ganar dinero en un plazo de 3 a 5 años. Gracias al plan de viabilidad podremos ir más seguros a la hora de emprender y materializar nuestra idea.
Las principales partidas que se deben tener en cuenta al hacer este plan son las inversiones, la financiación inicial, los productos y servicios con los que contamos, los gastos que tendremos y el flujo de caja.
Cada uno de estos apartados tiene su propia importancia y tendremos que valorar el papel que desempeña cada uno de ellos. El primero, la inversión, incluye todo aquello que necesitamos comprar para poner en marcha la empresa.
Aquí hay que distinguir entre inversiones a largo plazo (activo no corriente) e inversiones a corto plazo (activo corriente). Por ejemplo, si precisamos comprar un bien inmueble, reformar un local, pagar licencias…
Para ello debemos contar con la financiación adecuada, que debe ser equivalente al presupuesto de las inversiones iniciales. En cuanto a productos y servicios, es importante hacer una previsión de las ventas y saber cuánto se va a cobrar por hora o servicio.
Habrá que considerar también los gastos que se tendrán por personal, alquileres, promoción y obligaciones fiscales. Por último, en el apartado de caja, es importante que la empresa nunca se quede sin liquidez.

Qué características debe tener un buen Interim Manager
Como decíamos, el Interim Manager es el profesional que se dedica a asesorar y trabajar este tipo de cuestiones. Su papel por lo tanto es estructural, ya que sobre sus conocimientos se sostiene la viabilidad y rentabilidad de la propia empresa.
El interim o interim management existe en muchos países y poco a poco se está implantando en las empresas españolas. Este es contratado por todo tipo de empresas, tanto multinacionales como startups que están empezando su andadura.
Las situaciones más habituales en los que se cuenta con este perfil, según los estudios que se han elaborado sobre el tema, es en contextos donde la empresa está reorganizándose para ser más competitiva.
Esto puede ser en un proceso de crisis, o bien cuando sus ejecutivos o su personal no están preparado para hacer frente a determinadas situaciones. También son muy útiles en el momento de abrir nuevos mercados, ya que pueden ayudar a liderar el salto.
Al ser un elemento externo a la empresa, uno de los beneficios que tiene es que no se posicionan a un lado u otro, sino que valoran las decisiones buscando el bien común. Esto es algo que en muchas ocasiones el personal de la propia empresa no consigue dada su propia influencia por el entorno.
 En fin, emprender un negocio puede ser un éxito o un fracaso. Está claro que el emprendimiento implica siempre un riesgo, pero este siempre puede minimizarse contando con la formación y personal adecuados.