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Diario YA


 

Coalición Canaria es “plenamente constitucional”

Carlos Gregorio Hernández. 30 de Octubre.

El nacionalismo es uno de los males inherentes al sistema constitucional español. Gracias a la Constitución y a la Ley Electoral se ha convertido en la tendencia natural incluso en las regiones donde nunca había tenido predicamento, ni siquiera durante la Segunda República. El IV Congreso Nacional de Coalición Canaria ha vuelto a poner de manifiesto esta idea, que se sostiene sin escrúpulo en la ponencia ideológica aprobada en el mismo.

Aunque a nivel nacional se ha destacado la “definición” ideológica del partido, que en la ponencia se explica como un esfuerzo por “resaltar” las posiciones nacionalistas, lo cierto es que los planteamientos de Coalición Canaria ya eran sobradamente conocidos y por ello los medios de comunicación en el Archipiélago se han hecho eco de forma preferente del nuevo liderazgo del partido, que parece haber situado su Gran Oriente en la isla de La Palma. El propio partido al comienzo del texto hace autocrítica por no haber comunicado claramente a la sociedad una definición ideológica que ya estaba desarrollada y que es la senda trazada hace tiempo al asumir como propios los iconos del separatismo.

La ponencia ideológica se estructura en una serie de preguntas y respuestas que tocan, entre otras cuestiones, qué es el hecho diferencial canario, qué es la canariedad, qué es el nacionalismo canario y cuál es su necesidad. El hecho diferencial canario se sintetiza, según Coalición, en la suma de las islas, el mar, la historia compartida, el acervo económico y fiscal propio, un modelo político administrativo diferenciado del continental y una modalidad lingüística propia. Ciertamente podrían haber tenido el detalle de incluir algún canarismo —un sencillo y simpático “guagua”—, pues la ponencia es perfectamente entendible por cualquier castellano parlante. Pero lo cierto es que tras la retórica el “hecho diferencial” se reduce a una serie de hándicaps extrapolables en costos económicos que “pueden y deben ser compensados”. Sin más el nacionalismo termina en un reconocimiento de dependencia y sujeción a quien otorga la compensación y no, como afirma la ponencia, en una motivación originariamente “sentimental”. Como vemos, las diferencias se concretan negativamente para poder fagocitar al Estado. Curiosamente las enmiendas que purificaban el texto de toda aquella palabra o expresión que pudiera significar dependencia no modificaron este primer y significativo punto del hecho diferencial canario. Para defender el “acervo económico y fiscal propio” Coalición no reivindica la economía neolítica de los aborígenes. Faltaría más. Tampoco se rasgaron las vestiduras cuando señalaron el Almojarifazgo de los Reyes Católicos como un precedente del actual REF y, aunque traten de negarlo, sus propuestas ratifican el tópico del sesgo burgués atribuido a la formación nacionalista.

La consecuencia primera de la canariedad para los nacionalistas es “asumir definitivamente nuestra condición de nación”, negando a otras entidades que también tienen personalidad nítidamente perfilada a lo largo de la historia, como es el caso de los Cabildos en Canarias, lo que éstos reivindican para sí, sin que queden claros los límites de tal pretensión en la ponencia. De esta manera llega a afirmarse, entre los varios desarrollos posibles de esa idea, un cambio de estatus “fruto de la voluntad general”, la “federación” dentro del Estado, la “integración diferenciada en el Estado español”, la “bilateralidad” Canarias-España, etc. Curiosamente todas estas posibilidades se conjugan con la afirmación paralela y reiterada de que Coalición es un partido “plenamente constitucional” pues, según reconoce la ponencia, la extorsión nacionalista es el mejor método dentro del marco constitucional para maximizar los beneficios que se pueden obtener del sistema. La ponencia afirma que el nacionalismo es la mejor opción desde la “racionalidad económica”. Sin negar esta frase me atrevo a afirmar que el nacionalismo es la mejor opción desde la “racionalidad constitucional”. Esta es una de las ideas medulares de los nacionalismos crecidos al amparo de la Constitución: aunque parezca contradictorio, se pueden vampirizar los recursos del Estado porque se reivindica más autogobierno.

Para acabar queremos poner de manifiesto una de los puntos del texto que han pasado más desapercibidos. Coalición Canaria se define desde ahora como una fuerza “progresista”, sin concretar demasiado que significa, salvo seguir la corriente dominante. ¿Qué pensarán sus fundadores con pasado en UCD o en la mismísima FET y de las JONS? Supongo que los antiguos de Izquierda Canaria y del Partido Comunista estarán mucho más satisfechos.

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