Principal

Diario YA


 

Editorial: "Don Mariano, céntrese"

No están los tiempos, don Mariano, para desperdiciar buenas ocasiones. Ni para errar en las palabras, que luego (bien lo sabe Vd.) se miran con lupa en los medios de comunicación. En medio de la espantosa crisis que está poniendo el agua al cuello a miles de españoles, es lógico pedir responsabilidades y soluciones al Ejecutivo. Pero conviene ser cuidadoso con el lenguaje, en especial con los adjetivos. La crisis es importante, sí, pero no es lo más importante. Hay temas que lo son mucho más.

Usted, don Mariano, pronunció también (en uno de los dos debates que perdió en TV ante Zapatero) una sentencia que quizá le defina como buen liberal, pero que seguro le quitó algunos miles de votos: “La economía lo es todo”, dijo usted, y se quedó tan ancho, con esa cara de señor de Pontevedra que Dios le ha dado. Pues no, señor mío, no: gracias al Cielo, la economía no lo es todo. Pero ni mucho menos.
 
Verá, en un orden lógico de prioridades, antes que los numerajos e incluso que el bolsillo, está la vida humana. El PSOE ha vuelto a la carga (por medio de la intrépida Pajín) con el asunto del aborto, dispuesto a hacerlo libre para que cada mujer que desee asesinar a su hijo no nacido pueda cometer ese crimen con toda tranquilidad, segura de que no dará con sus huesos en la cárcel de ninguna manera. Eso, señor Rajoy, la vida de un niño no nacido, es infinitamente más importante que la economía de un país, puede Vd. estar seguro.
 
¿Acaso negamos nosotros en este diario la importancia del momento gravísimo que vive España en materia económica? Todo lo contrario. Este periódico digital viene informando en portada de todas las noticias que tienen que ver con esa situación caótica a la que nos ha conducido un ministro incapaz y unas políticas completamente equivocadas cuyo responsable primero es Rodríguez Zapatero. Pero nosotros intentamos ser justos en la adjetivación; y entre una crisis coyuntural y una iniciativa para hacer siempre legal el aborto, lo grave es lo segundo.
 
Por eso, señor Rajoy, se lo decimos con todo el cariño que sabe que le profesamos: mida bien sus palabras, haga análisis más sosegados, no se precipite, olvide la estúpida guerra de partidos, ignore a Pepiño Blanco, céntrese. No pierda de vista a los miles de potenciales votantes de derechas que siguen viendo en el PP (no sabemos si equivocadamente) la única opción válida a la hora de votar. Muchos españoles esperan de usted bastante más que un simple político liberal preocupado por las ecuaciones.

 

Miércoles, 3 de Septiembre de 2008.

Etiquetas:editorial