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Diario YA


 

En 1983, 180 personas perdieron la vida en otro siniestro

El segundo accidente aéreo más grave de la historia de Madrid

   Un total de 153 personas podrían haber perdido la vida, según Magdalena Álvarez, ministra de Fomento,  en el accidente del avión de Spanair con destino a Las Palmas después de que la aeronave sufriera el incendio de uno de sus motores tras el despegue. Éste es el segundo accidente aéreo más grave de la historia de Madrid después de que 180 viajeros perdieran la vida en un siniestro en 1983.

   La tragedia sobrevoló el cielo madrileño minutos después de las 14.30 horas, cuando las primeras informaciones daban cuenta de una gran columna de humo que procedía de una de las pistas del aeropuerto de Barajas. Diversas fuentes empezaron a dar cuenta entonces del número de fallecidos, unos 7 a las 16.00 horas, más de un centenar, según la Delegación de Gobierno, casi tres horas después.

   La cifra de heridos fue cifrada en 28 por el jefe del dispositivo de emergencias habilitado en el aeropuerto de Madrid-Barajas tras el accidente ocurrido hoy, Ervigio Corral. Todos ellos fueron llegando a los hospitales de La Paz, Doce de Octubre, Ramón y Cajal e Infanta Sofía, en San Sebastián de los Reyes. Según Cruz Roja, casi todos presentaban quemaduras severas.

EL INCENDIO DE UNO DE LOS MOTORES

   El accidente se produjo cuando el vuelo número JK5022, en código compartido con Lufthansa, alcanzó la velocidad V3 o punto de no retorno: uno de los motores comenzó a arder, lo que llevó a que la aeronave se saliera de la pista y chocara contra el suelo. En el avión viajaban 178 personas, dos de ellos bebés.

   Ifema, como ya ocurrió en el 11-M, volvió a ser el espacio habilitado por el Ayuntamiento de la capital para trasladar los cadáveres de la tragedia después de que el Instituto Anatómico Forense advirtiera de que no disponía de espacio suficiente para acoger a las víctimas mortales. Un equipo de 20 forenses trabajan distribuidos entre el Campo de las Naciones y Barajas para identificar los cuerpos. El pabellón 6 sirve además para atender a los familiares en busca de información.

PASAJEROS ALERTARON DE PROBLEMAS EN EL AVIÓN

   Alrededor de las 16.30 horas los bomberos de la Comunidad de Madrid consiguieron apagar el incendio de la aeronave. La investigación tendrá que determinar las causas del accidente aunque fueron varios los pasajeros que llamaron a familiares para contarles minutos antes de despegar que el avión tenía problemas.

   Una de los familiares que se encuentra en la Sala VIP del aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria, habilitada en el aeropuerto tras conocer el siniestro, confirmó que su nieto y la novia de éste llamaron minutos antes de la hora prevista y dijeron que les habían comunicado que el vuelo iba a retrasarse y que era posible que los cambiaran de avión. Esta persona no pudo confirmar si finalmente los jóvenes cambiaron de aeronave antes de despegar.

   Sin embargo, un comandante de la compañía Air Europa aseguró que el avión de Spanair accidentado sufrió un retraso en el despegue debido a un problema en la indicación de la temperatura. El piloto matizó que este desajuste podría no tener relación alguna con la disfunción que originó el siniestro. "El aparato fue hacia la pista y volvió por un problema de indicación de temperatura, que es completamente ajeno a lo que sucedió después", declaró.

RESTABLECIDO EL TRÁFICO AÉREO

   El tráfico aéreo se vio interrumpido tras el siniestro después de que Aviación Civil decidiera cerrar el tráfico aéreo del aeródromo por motivos de seguridad. Alrededor de las 16.00 horas el tráfico en la T-4 quedaba restablecido aunque evidentemente ralentizado por la tragedia.

   Hasta el lugar del siniestro se trasladaron más 150 efectivos de urgencias, psicólogos y psiquiatras, así como helicópteros, ambulancias y autobombas. Gobierno regional y Ayuntamiento pusieron en alerta a 500 efectivos en los distintos hospitales de Madrid, además del personal propio de las urgencias hospitalarias. Por su parte, Spanair habilitó un teléfono directo para atender a los familiares de los pasajeros que viajaban en el avión siniestrado, el 800 400 200.

   El accidente de esta tarde se une a la crónica negra española. El más grave hasta el momento en Madrid se registró el 7 de diciembre de 1983, cuando el aeródromo de Barajas fue el escenario del choque de dos aeronaves en la pista de despegue cobrándose la vida de 93 personas. La culpa, la niebla que cubría Madrid ese día. Diez días antes, otra aeronave se estrellaba en el término municipal de Mejorada del Campo cuando se disponía a aterrizar en Barajas. Murieron 181 viajeros.

POLÍTICOS EN LA T-4

   Durante toda la tarde la T-4 fue un hervidero de cargos públicos: uno de los primeros en llegar fue el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que declaró tres días de luto oficial en la ciudad, una medida imitada por la Comunidad de Madrid. Precisamente la presidenta regional, Esperanza Aguirre, suspendió sus vacaciones en Andalucía para trasladarse a la capital.

   El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, decidieron también suspender su descanso vacacional para hacer frente a la tragedia de Barajas.

   El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la titular de Fomento, Magdalena Álvarez, el de Trabajo, Celestino Corbacho, o el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, entre otros, se personaron a lo largo de la tarde en el aeropuerto.

 

Etiquetas:accidente aereo