Beatriz Bullón. 10 de diciembre. 

El criterio de evaluación 3 de la asignatura de Educación para la ciudadanía de 2º de la ESO evalúa  "utilizar diferentes fuentes de información y considerar las distintas posiciones y alternativas existentes en los debates que se planteen sobre problemas y situaciones de carácter local o global.

Este criterio pretende comprobar si el alumnado conoce las técnicas del debate, si se documenta debidamente utilizando distintas fuentes de información y si es capaz de analizarlas, sintetizar la información para presentar sus opiniones de forma rigurosa, si argumenta debidamente, considera las distintas posiciones y alternativas en cada uno de los problemas planteados y llega a elaborar un pensamiento propio y crítico, presentando las conclusiones tanto de forma oral como escrita"

Nos parece un riesgo utilizar el debate en una asignatura dirigida a formar el juicio moral de nuestros hijos. Pretendiendo que éste se forme como simple opinión.

Lo de presentar las opiniones de forma rigurosa, y, considerando las distintas alternativas, elaborar un pensamiento propio, no es más que evaluar opiniones.  La opinión no es ciencia, se trata de un conocimiento en que por definición se ha de admitir una cosa y la contraria, pues se ha de admitir siempre la contradicción.

Platón distingue entre conocimiento y opinión no siendo amigo de esta última pues no acerca a la sabiduría.

Es la única asignatura en que no se evalúan conocimientos.

Al igual que no dejaremos el estudio de las Matemáticas al arbitrio de las opiniones, si estamos cuerdos. No queremos devaluar el estudio de la Moral y que quede en mera opinión.

Lo que sí nos parece claro es que identificar moral y opinión es concluir que en el juicio moral todo vale. Es más, esto deben aprenderlo los estudiantes de 13 años y exponerlo rigurosamente, de forma oral y por escrito.

Por supuesto los que inventan estos criterios de evaluación son nuestros gobernantes que desde los medios de comunicación, desde sus normas y en todas sus actuaciones forman constantemente nuestra opinión. Crean una opinión pública desde arriba. Todo para el pueblo pero sin el pueblo.

Para colmo nos  van a poner nota, cuanta más opinión más nota. Si opino que dos más dos no son cuatro puedo obtener matrícula. En este extremo quedamos tranquilos pues los escolares ya estudiaran Matemáticas que aclare su conocimiento.

El problema es que la Educación para la ciudadanía ha sustituido al estudio de la Ética por lo que ya no se estudia de modo científico esta materia. Nos invade el desasosiego.