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Diario YA


 

del director editorial del diario ya

Una España denostada y olvidada que permite hoy sobrevivir a muchos

Fernando José Vaquero Oroquieta. Existe unanimidad al respecto: la brutal crisis económica que se está sufriendo en España no alcanza categoría de catástrofe nacional, abocada a la revolución social, por tres razones. Una notable economía sumergida. El papel de las ONG’s. Por último, y seguramente el más efectivo, la solidaridad intergeneracional de los españoles.
El que cientos de miles de jubilados españoles estén sosteniendo a sus descendientes, acogiéndolos en sus domicilios, complementando sus ingresos, avalándoles ante los bancos, mediante dinero contante y sonante, etc., se debe a que forman parte de unas generaciones que contribuyeron al despegue económico de España hace ya unas décadas. Y a la extensión de su clase media, al acceso a la pequeña propiedad urbana, la emigración masiva del campo a la ciudad y el acceso a los bienes de consumo, etc., etc. En suma: a la creación de una riqueza familiar y nacional. Pero hablar de ello resulta políticamente incorrecto, no en vano hay que remitirse, inevitablemente, al franquismo; en concreto, a los tecnócratas que diseñaron todo ello. De ahí otro efecto secundario de este prejuicio: una escasa investigación historiográfica del periodo. Desde esta perspectiva, el libro de José Luis Orella (*) que hoy proponemos es muy oportuno, pues cubre amplia y pluridisciplinarmente esa laguna tan poco estudiada, desvelando múltiples aspectos de la intrahistoria en la que vivieron nuestros padres, abuelos e, incluso buena parte de nuestros lectores.
El texto se centra en los hombres y estrategias que hicieron posible un ridiculizado a posteriori “milagro económico español”, pero no por ello menos cierto; es decir, el equipo promocionado por el almirante Carrero Blanco. Y sus relaciones con las demás “familias” políticas del régimen. Recordemos cómo, a partir de 1957, el almirante Carrero impulsó la institucionalización del régimen y su desarrollo económico, sirviéndose para ello de un equipo de tecnócratas; con unas miras puestas en la extensión del bienestar social, como base inevitable del evolucionismo político que el régimen también se planteaba, y con disparidad de soluciones, ciertamente. En esa institucionalización del régimen, jugaría un rol fundamental la tardía Ley Orgánica del Estado (estamos ya en 1967), un aspecto que resultará del máximo interés para los administrativistas.
Laureano López Rodó, Mariano Navarro Rubio, Alberto Ullastres, Gregorio López Bravo, y otros como Ángel López Amo, constituirían la avanzadilla de quienes propugnaban la progresiva transformación del régimen en una Monarquía social. No suscribían todos ellos el mismo ideario político, ni planteaban análogas soluciones institucionales. Así, unos desarrollaron las estructuras de una moderna democracia que se pretendía orgánica, mientras, acaso los menos, pensaban, a largo plazo, en modelos al uso occidental. De ahí el detalle con el que el autor nos descubre el papel de la Iglesia, especialmente el del Cardenal Vicente Enrique Tarancón, y la consiguiente heterogeneidad de puntos de vista políticos de muchos miembros del Opus Dei; de modo que, en contra del tópico al uso, su pertenencia a esa familia espiritual no predeterminaba en absoluto un itinerario político concreto.
En el marco del estudio que realiza del modelo económico de desarrollo español de entonces, el autor destaca algunas experiencias concretas; caso del cooperativismo de Mondragón, de origen social-católico, y el practicado desde una perspectiva foral por Félix Huarte en Navarra. Sin duda, el ser esta última región la natal del autor, explica ese detalle, así como sus estudios universitarios en Deusto, en el de Mondragón.
Destacaremos, igualmente, la relevancia que otorga al papel jugado por el Centro Europeo de Documentación e Información (CEDI), de Alfredo Sánchez Bella, en el ámbito de las relaciones internacionales. Fundado ya en 1952, apenas ha sido estudiado salvo en lo referido a las relaciones con la entonces República Federal de Alemania; pero volcado igualmente en el mundo hispanoamericano y los países árabes.
Un aspecto que otorga a la obra “rabiosa” actualidad, dada la crisis actual y difícil reconfiguración del espacio político de las derechas nacionales, tanto en España como en Italia, es la revelación, por parte del autor, del apoyo económico que proporcionara el almirante al Movimiento Social Italiano (MSI); ante una gobernante Democracia Cristiana de arrogante y despectivo sentimiento de superioridad moral frente a los políticos españoles.
Son múltiples los temas tratados en este libro y que desborda el marco económico central. Así, por ejemplo, el desarrollo nuclear tantas veces visto desde una mirada sensacionalista; el impacto del cine de Hollywood en España; la incursión del autor en el desarrollismo chileno; el propio asesinato del almirante Carrero, que supuso el fin del peso político de los tecnócratas, del que todavía perviven razonables dudas de las complicidades e instigadores en la sombra, acaso acordes con los planes mundialistas en marcha, tanto entonces, como ahora. Especial interés tiene el capítulo “Del maquis a los salones de papá”, en el que nos descubre los semilleros ideológicos de la pequeña y escasamente heroica oposición política: en particular el mítico Frente de Liberación (FLP), el famoso Felipe, el Partido Comunista de España, y sus múltiples y siempre totalitarias escisiones.
Un aspecto que, sin embargo apenas aborda, a pesar de constituir esta obra una mirada integral a la Historia de España de aquellos trascendentales años, es el de la emigración. Fueron varios millones de españoles los que emigraron allende las fronteras patrias; y Europa, América Hispana, Australia, Estados Unidos… sus destinos. La inmensa mayoría regresaron. Unos tardaron más que otros, pero aportaron divisas, experiencia laboral, nuevas costumbres, una mirada cosmopolita…; siendo esta emigración, además, una válvula de escape de posibles tensiones interiores y salida personal para aventureros y espíritus inquietos. En todo caso, esta carencia no invalida para nada todas las virtudes señaladas.
Nada menos que 24 páginas de magníficas fotografías en blanco y negro, muchas de ellas apenas o nada conocidas, completan este enfoque pluridisciplinar que, además de hacer justicia a sus protagonistas, nos permite entender mejor nuestra Historia y concebirla como un patrimonio espiritual, pero también material, que se transmite de generación en generación y que se planta muy sólido ante las aventuras secesionistas que hoy cuestionan nuestra identidad nacional colectiva.

ORELLA, José Luis: La España del desarrollo. El almirante Carrero Blanco y sus hombres. Valladolid, Galland Books. 2014, 279 pp.
 

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