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Diario YA


 

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Crónica de una muerte habitual

Daniel blanco. 4 de mayo. No termina el Barça de entender qué es Europa en basket, qué es una Final Four y qué es lo que puede pasar si te vas a casa por décima vez sin conseguir lo que te habías propuesto. Se ha vuelto a ver en Europa a un Barça que no termina su trabajo, que hace un encuentro muy decente, casi perfecto, 32 minutos pero claudica al final, muerto de asfixia y víctima de un francotirador llamado Ramunas Siskauskas. El lituano anotó 29 puntos, 23 en el último cuarto, para finiquitar las opciones del equipo culé, hundido en el pabellón, viendo otra oportunidad, la que completa la decena, perdida.

Fue rotundo el comienzo del Barça haciendo ver que este año podía ser. 14-4 de inicio con porcentaje alto en el tiro de tres (4/5). No acababa de encontrarse el CSKA que claudicó en el primer cuarto (21-12). Por entonces David Andersen era un jugador desconocido hasta la fecha. Campeón de Europa en 2001, 2006 y 2008, no había encontrado todavía su rol en el equipo. No le salían las cosas. Sin embargo, estaba en este encuentro supermotivado, lleno de rencor hacia su ex equipo y el partido prometía para el australiano.
Reaccionó un tanto el CSKA en los dos siguientes cuartos haciéndose con el parcial en ambos casos. Apretó en defensa en el segundo y se vio beneficiado de una tontería de Navarro, que cometió la tercera falta en una acción infantil, cuando intentó defender como cuatro, ya con dos faltas, a Kryapa. Suicidio. Tercera falta y al banquillo. En pista no volvería a aparecer hasta mediados del tercer cuarto. Había conseguido el CSKA secar el tiro exterior azulgrana y acercarse hasta el 36-32 del descanso, pero consiguiendo empatar ya en varias ocasiones. En el tercer periodo siguió forzando la máquina a pesar de ventajas de hasta siete puntos del Barça, tras triple de Grimau (46-39).
Pero no está hecho este equipo ruso, el actual campeón, de jugadores con ganas de arrojar la toalla. Exprime hasta la saciedad al equipo de Pascual hasta el exíguo 56-54 del final del tercer periodo. Por entonces Andersen ya sumaba 17 puntos y estaba encaminado a erigirse en el héroe de la victoria. Más cerca lo vio el australiano con el triple que anotó a ocho minutos del final del partido. 61-56. Parecía una pequeña brecha en un encuentro espeso.
Pero entonces resurgió de las cenizas Siskauskas. El lituano, campeón los dos últimos años (en 2007 con Panatinaikos y en 2008 con su actual club) empezó a anotar protagonizando como actor principal el 11-0 de parcial que le endosó el CSKA al Barça. Tres triples y una canasta de dos del mismo jugador, que le quitaba el rol de MVP a su compañero el año pasado. Crucial el último de los triples para un puñal muy profundo en el corazón del Barça. 61-67.
A remolque el conjunto de Pascual no sabe jugar, le cuesta. Y lo pagó caro. A pesar de triples de esperanza, el conjunto español se hace pequeño, le tiembla el pulso, y pierde la batalla, a pesar de los gritos finales de Andersen, 24 puntos. Mejor partido como azulgrana. De nada sirvió.
Sirve el análisis que nos hace ver que Navarro anotó ocho puntos en los últimos cuatro minutos, para sus trece en total. Claro que estuvo en cancha la mitad del partido (22 minutos). Claro, que lo hizo porque realizó tres faltas en sólo doce. Algo falla. Sirve también, aunque no valga de excusa, los 26 tiros libres que lanzó CSKA por los 13 del Barça.

Al final tuvimos campeón griego porque el Panatinaikos se llevó el gato al agua ante su rival Olympiakos y le ganó el pulso al CSKA en una final de infarto (73-71), cuando llegó a dominar incluso de 20. 

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