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Diario YA


 

Francia, Países Bajos, principios del siglo XIX - España, siglo XXI

Beatriz Bullón. 28 de Octubre.

Ha tenido escaso eco en los medios de comunicación, que la Comunidad Autónoma Andaluza, por Orden de 10 de Octubre de 2008, niega el derecho al voto a los profesores de Religión en el claustro donde se decide el Programa de Calidad de los rendimientos escolares. Se trata de una clara ofensiva laicista contra la Religión, de la que se hace víctimas a los profesores, ya maltratados con reducciones de horas lectivas y de honorarios.
 
En consonancia con estas medidas, nos informan de que en los centros de enseñanza pública en Cádiz se niega la entrada al claustro a los profesores de Religión por disposiciones de la semana pasada.
 
Estas actuaciones, que podemos unir a la petición por asociaciones minoritarias  de la retirada de crucifijos y de la enseñanza de la Religión, nos parecen muy en armonía con la imposición de una religión estatal por medio de la asignatura de educación para la ciudadanía. Esta claro, que si lo que hay que saber, de modo obligatorio y evaluable en todo caso, es la religión del Estado, sobran las demás creencias.
 
Denotan también la reacción violenta de los gobernantes, ante la pertinacia de los padres andaluces en elegir la religión católica para sus hijos.
 
Estamos viviendo en la actualidad el anticlericalismo de los jacobinos franceses o de los patriotas en los Países Bajos que, aunque tuvieron un seguimiento en la Segunda República española, huelen tanto a polilla y alcanfor.
 
En su magnífico libro “El mito de la Escuela Pública” (Encuentro 2006), el profesor Glenn nos recuerda que fueron las leyes a favor de la escuela única de sus gobernantes, las que iniciaron en Holanda una participación en la vida política e institucional de la “gente pequeña”. Esta “kleine heyden” integrada por jornaleros, artesanos y granjeros se resistieron a que sus hijos fueran adoctrinados en la religión general, especie de deísmo con colorido cristianos, que se imponía en la escuela pública, haciendo que su enseñanza fuera todo, menos secular. Semejante actitud provocó el abandono por la mayoría de los padres de este tipo de escuela y un devenir hacia la libertad de escoger centros docentes que se mantiene hasta hoy.
 
 Es bueno conocer este ejemplo de la historia para reforzar la participación de los padres en la educación.

 

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