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Diario YA


 

La casa de los líos

Ángel del Río. 3 de febrero.

    Cada vez estoy más en desacuerdo con el refrán que dice que “rectificar es de sabios”, porque en ocasiones la rectificación es cosa de torpes, o se comete un doble error cuando se rectifica. La dirección nacional del Partido Popular decidió abrir una investigación interna sobre el presunto caso de espionaje en la Comunidad de Madrid. Se anunció a bombo y platillo y se mostró severidad en las palabras y en las formas a la hora de advertir que si de esta investigación salían culpables, el partido sería contundente con ellos. Y hete aquí que cuando esa investigación apenas se había iniciado, llega el partido, o sea, Mariano Rajoy, de acuerdo con Esperanza Aguirre, y anuncia, a través de su secretaria general, María Dolores de Cospedal, que ya no hay investigación, que se suspende, que de lo dicho, nada y de lo advertido y amenazado, menos; por el contrario, Esperanza Aguirre decide unas horas antes, aceptar que se cree una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid, lo que sirve de argumento para que desde Génova se decida suspender la investigación propia. Si alguien lo entiende, que me llame o que me escriba, por favor, porque un servidor cada vez entiende menos de este asunto y ando más perdido que un militante popular en Génova 13.

     Se decide dejar aparcado, suspendido, olvidado, lo decidido hace pocos días y se da luz verde a lo que hace pocos días se había decidido no sacar adelante, o lo que es lo mismo: se suspende la investigación interna y se decide la investigación externa, es decir, la de la Asamblea de Madrid, solicitada por los partidos de la oposición, lo que va a hacer posible que durante varios meses el dichoso asunto del espionaje permanezca en primer plano de la actualidad política y alimente, principalmente, a los partidos de la oposición, que sin son listos, van a tener pastel para comer y degustar durante mucho tiempo, aunque al final, como ocurre en todo este tipo de comisiones, la cosa de quede en migajas o en agua de borrajas. ¿Porqué no se deja que sean los jueces, únicamente los jueces, quienes lleven el caso hasta el final y nos dejamos de intereses, conveniencias y controversias políticas? Si hay responsabilidades penales y políticas, que sea la justicia quien las determine, y dejemos el espectáculo y las preocupaciones para otras cosas.

    Dicen que Mariano Rajoy dio un aviso a Esperanza Aguirre: “Cada uno debe saber lo que tiene debajo”. Pues eso, que se sepa. El algunos casos lo que se tiene debajo desprenderá un hedor insoportable; en otros, la parte más noble y oculta del político de turno; quien sabe si lo que algunos tienen debajo son comisiones, pero no precisamente de investigación, o están sentados encima de un dossier. Clinton tenía debajo una becaria, y algún chico o chica de Rajoy puede que tenga debajo un espía, una cámara oculta o una ambición escondida. “Cada uno debe saber lo que tiene debajo”. ¿Qué tiene debajo Mariano Rajoy, además del tesorero de Génova 13?

 

 

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